El mar de Chiloé volvió a ser aula y memoria en el Liceo Bicentenario Insular de Achao, donde estudiantes, docentes y especialistas se reunieron en una jornada educativa que unió ciencia, cultura y alimentación saludable.

La actividad, denominada “Sabores del Mar al Liceo Insular”, se desarrolló en el marco de los programas Escuela Saludable y Sostenible y Envejecimiento Activo y Saludable, impulsados por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, y buscó fortalecer la educación alimentaria desde una perspectiva territorial y sostenible.

“Esta actividad nos demuestra que este proyecto, que comenzó el año pasado con orientaciones muy básicas sobre cómo fomentar estilos de vida saludables, se concreta y fortalece cuando la comunidad se empodera. Lo que hemos visto acá ha sido no solo gratificante, sino también una muestra de que este proyecto puede replicarse, siempre que exista la motivación docente y la identidad local”, expresó Nelly Bustos, académica del INTA y encargada del proyecto.

El foco estuvo en las algas marinas, particularmente el luche y el cochayuyo, alimentos ancestrales que por generaciones han nutrido a las familias chilotas y que hoy buscan recuperar su lugar en la mesa cotidiana. A través de talleres, degustaciones y experiencias prácticas, los estudiantes exploraron sus propiedades nutricionales, su valor cultural y las posibilidades que ofrecen para una cocina moderna, consciente y saludable.

En la actividad participaron también personas mayores de la comunidad, compartiendo con las nuevas generaciones sus saberes culinarios, demostrando que la educación alimentaria puede ser también un puente entre edades, tradiciones y formas de vida. “Desde el mar hasta la mesa”, como señaló el nutricionista Sebastián Miranda Álvarez, la jornada propuso una reflexión sobre cómo los alimentos del territorio pueden ser aliados en la salud y en la construcción de identidad.

La jornada tuvo además un sello creativo: estudiantes de 3° y 4° medio de la especialidad de Gastronomía elaboraron innovadoras preparaciones como helado de cochayuyo, empanadas, guisos, hamburguesas de luche, tortillas y galletones a base de productos marinos, demostrando que la tradición puede reinventarse sin perder su esencia.

“El proyecto lo estamos aplicando con efectos muy positivos. De 40 niños, solo 6 habían probado previamente el luche y el cochayuyo. Eso es algo que no debemos permitir como sociedad: las familias deben involucrarse en una alimentación de mejor calidad. Educar en esto es fundamental”, señaló Osvaldo Ruiz Santibáñez, director del Liceo Bicentenario Insular de Achao.

Desde el Servicio Local de Educación Pública de Chiloé, destacaron la importancia del trabajo articulado entre el mundo científico, los establecimientos educacionales y las comunidades locales, subrayando que esta experiencia se ha transformado en un referente para otros liceos del archipiélago.

“Muy contentos como SLEP Chiloé de esta alianza con la Universidad de Chile y el INTA. Queremos seguir desarrollando en nuestros colegios una alimentación saludable y responsable, que permita bajar los índices de obesidad y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de nuestros estudiantes”, señaló Pablo Baeza, Director Ejecutivo del SLEP Chiloé.

Agregó que: “Para nosotros es clave esta alianza, porque aquí hay elementos científicos que permiten realizar un diagnóstico previo y luego trabajar junto a las comunidades para obtener resultados concretos. Por lo tanto, no se trata solo de un proyecto serio con nuestros estudiantes, sino también con los docentes, quienes aterrizan estos aprendizajes a través de esta experiencia. Estamos seguros de que en el corto plazo veremos logros muy positivos”.

Cada receta elaborada, cada conversación compartida y cada sabor recuperado son también una forma de hacer escuela: una escuela viva, que aprende desde lo local y enseña a mirar el futuro con raíces firmes en la tierra y el mar de Chiloé.